¿Meditar o relajarse?
En 1984, el Instituto Nacional de la Salud (organismo del gobierno federal de EE.UU.) publicó una lista de recomendaciones, sugiriendo la meditación, junto a restricciones en la sal y en la dieta, como sustituto para el uso de drogas y como primer tratamiento para la hipertensión moderada. Este reconocimiento oficial fue un catalizador de la difusión de la meditación y de otras técnicas de relajación como pane de la medicina y la psicoterapia.
En los comienzos de la década del ’70, cuando me encontraba preparando mi trabajo de investigación sobre meditación y. relajación como antídotos para la reactividad del estrés (Goleman y Schwartz, 1976). esa idea aún era una novedad. Al descubrirse que la meditación disminuía los niveles de ansiedad y aceleraba la recuperación de la excitación causada por el estrés, las aplicaciones clínicas para este problema parecían obvias. Y así íuc que la segunda mitad de la década del ’70 presenció una andanada de investigaciones sobre meditación y sus beneficios sobre la salud. El rigor metodológico de esos estudios fue francamente desigual; pero la esencia de los hallazgos quedó en claro: la meditación era útil de diferentes maneras. Por ejemplo, su práctica regular disminuía la frecuencia de resfríos y dolores de cabeza, y reducía la severidad de la hipertensión.
Aunque las aplicaciones clínicas de la meditación recibieron alguna atención por parte del cuerpo médico, al comienzo la mayor receptividad vino de los psicoterapeutas, quienes la vieron como un medio de administrar la ansiedad, sin drogas, de obtener acceso a recuerdos y sentimientos bloqueados, y como una receta general para todo tipo de estrés. La meditación era, por excelencia, una herramienta de control del estrés y fue vigorosamente comercializada como tal en escuelas, hospitales y empresas, junto con una gama de otras técnicas de relajación.
(Quizá sea momento de aclararque meditación y relajación no son lo mismo: la primera es, en esencia, un esfuerzo en reeducar la atención. Esto es lo que da a la meditación sus electos cognili vos exclusivos, como el aumento de la concentración y la empalia del meditador. El uso más habitual de la meditación, no obstante, es como técnica de relajación rápida y sencilla).